David Lynch falleció el pasado 16 de enero a los 78 años tras luchar contra un enfisema pulmonar desde 2020
David Lynch, uno de los cineastas más vanguardistas y originales de Hollywood, ha dejado una huella imborrable en la historia del cine y la televisión. Con un estilo único que fusiona lo surrealista con lo misterioso, y que a menudo se mueve entre lo real y lo onírico, Lynch redefinió los límites del cine comercial y autoral, creando atmósferas inquietantes que exploran los rincones más oscuros de la mente humana.
Reconocido por su enfoque provocador, el cine de Lynch aborda temas como la muerte, la violencia y el erotismo, llevándolos a la pantalla con una narrativa que desafía las convenciones. Su capacidad para sumergir al espectador en un mundo donde lo absurdo y lo extraño conviven con la realidad cotidiana lo convierte en un creador esencial en el cine contemporáneo.
El Fenómeno de Twin Peaks: Un Hito en la Historia de la Televisión
Uno de los momentos más emblemáticos de la carrera de Lynch llegó en 1989 con el estreno de Twin Peaks. La pregunta «¿Quién mató a Laura Palmer?« se convirtió en un fenómeno global que mantuvo a millones de espectadores pegados a sus pantallas, intentando desentrañar los misterios de la pequeña y aparentemente tranquila ciudad. Con esta serie, Lynch demostró que la televisión podía alcanzar las mismas cotas de calidad y profundidad que el cine, estableciendo un antes y un después en la narrativa televisiva.
La mezcla de lo mundano con lo macabro, la exploración de lo oculto en la vida cotidiana y la creación de personajes profundamente complejos, hizo de Twin Peaks una de las series más influyentes de la historia. A pesar de su enfoque oscuro y surrealista, la serie conectó con el gran público, mostrando que el mundo de Lynch podía trascender las barreras del cine experimental y llegar a la masa.

Mulholland Drive y la Duda Existencial
Si Twin Peaks fue una revolución en la televisión, Mulholland Drive (2001) marcó otro hito en la filmografía de Lynch, profundizando aún más en los temas recurrentes de la identidad y la obsesión. Con una estructura narrativamente fragmentada y un tono decididamente onírico, la película presentó una visión de Hollywood teñida de cine negro, a la vez surrealista y existencial.
Laura Harring, una de sus protagonistas, compartió sus reflexiones sobre la película, señalando que, en su primera visión, pensó que Mulholland Drive era «la historia de los sueños, la ilusión y la obsesión en Hollywood». Con el tiempo, su visión de la película se profundizó, convirtiéndose en una meditación sobre la identidad y la incertidumbre. «¿Sabemos quiénes somos?», se preguntó, capturando el dilema existencial que permea toda la obra de Lynch.
Frank Herbert le abrió las puertas a la ciencia ficción
A Lynch le bastaron solo dos películas para atreverse a adaptar uno de los libros de ciencia ficción más complejos hasta la fecha. Tras Eraserhead, su ópera prima, y el éxito cosechado en forma de ocho nominaciones al Oscar de El hombre elefante, el cineasta aceptó dirigir una superproducción que pretendía ponerse a la altura de La guerra de las galaxias.
Aunque Dune no cumplió las expectativas y fue machacada tanto por el público como por la crítica, la película dejó huella en la historia de la sci-fi. Denis Villeneuve, director de la actual saga de la adaptación de la novela de Frank Herbert, reconoce haber tomado como inspiración el film que Lynch realizó en 1984.
El legado del estilo ‘Lynchiano’
El estilo ‘lynchiano’ se caracteriza por una atmósfera surrealista y una visión única de la vida y la muerte. En su cine y televisión, lo inquietante y lo cotidiano coexisten en un mismo plano, llevando a los espectadores a un viaje emocional y psicológico que desafía las convenciones narrativas tradicionales. Lynch ha demostrado una y otra vez que las preguntas más incómodas y complejas sobre la existencia humana pueden abordarse a través del arte de una manera que rara vez se ve en Hollywood.
El legado de David Lynch va más allá de su obra. Su enfoque irreverente hacia el cine y la televisión ha dejado una marca indeleble en la industria, haciendo de cada uno de sus trabajos una experiencia única y desconcertante, pero profundamente enriquecedora. Si algo ha quedado claro a lo largo de su carrera, es que en el universo de Lynch, nada es lo que parece.
Su despedida oficial vino de la mano de Steven Spielberg en 2022 con Los Fabelman donde el director de Tiburón le instó interpretar al eterno cineasta John Ford para la escena final de la película. De este modo y sin darse cuenta, Spielberg nos dio uno de los mejores homenajes que se han podido ver en la gran pantalla, reuniendo a tres grandes figuras de la historia del cine: Ford, Spielberg y Lynch.