El galardonado con el Premio César Karim Leklou sostiene La historia de Jim, una historia íntima que reflexiona sobre qué significa ser padre
Este viernes la cartelera estaba repleta de propuestas nacionales que irrumpían en una parrilla marcada por la viralidad y la pérdida de respeto absoluto a las salas por parte del público a consecuencia de la hegemonía total de Una película de Minecraft (Jared Hess). Entre los acérrimos defensores del videojuego ha crecido la tendencia a desatar su locura en el momento del chicken jockey en un acto de desprecio total por el cine y por la gente que disfruta de él.
Para contrarrestar este efecto, este fin de semana llegaron películas más intimistas como Muy lejos (Gerad Oms) o La historia de Jim, el film de los hermanos Larrieu que narra la vida de Aymeric (Karim Leklou), un hombre que decide ejercer de padre de un niño que no es suyo.
Aire fresco y paternidad
Qué reconfortante la sensación de abandonar el asfalto de la ciudad para hacer de una vieja casa en el campo un hogar. Aymeric no se lo piensa dos veces y se establece en la finca de Florence (Laetitia Dosch) para educar juntos al pequeño Jim, cuyo padre biológico parece no querer hacerse cargo de él.
Arnau y Jean Marie Larrieu adaptan la novela homónima de Pierric Bailly usando como instrumento narrativo los sentimientos más profundos que Aymeric tiene por Jim. Una admiración total que nace de las entrañas de un hombre bueno (a veces, demasiado) que resulta ser el protagonista total de la historia. Los directores se privan totalmente de su virtuosismo para con la cámara dejando descansar la historia sobre los hombros de un Karim Leklou cuya interpretación le valió el César el pasado mes de marzo.

A través del personaje de Aymeric, los hermanos Larrieu reflexionan sobre el significado de ser padre. Del mismo modo que el personaje de Leklou retrata cada momento de su vida con la vieja cámara fotográfica de su padre los directores superponen los momentos más cotidianos de una familia poco convencional de un modo puramente naturalista con un agudo uso de la elipsis, compañera total durante toda la película.
Las imágenes resultantes son puramente descriptivas y es Karim Leklou (tremendo) el encargado de poner el elemento dramático. Son 27 los años que transcurren desde el inicio hasta el final de la película y, durante todos ellos, vemos a un hombre rebosante de bondad que, lejos de quejarse de pertenecer a una clase social media-baja, se limita a disfrutar de unas labores paternales que le vinieron de rebote y de las pequeñas cosas de la vida.
La historia de Jim es una película emocional que no se deja caer en trampas ni efectismos baratos para lograr conmover y, siendo un drama familiar, se asemeja más a la sencillez de Wim Wenders en Perfect Days (2023) que Historia de un matrimonio (2019) el film hollywoodiense que Scarlett Johansson y Adam Driver protagonizaron para Noah Baumbach.