Sophie Thatcher brilla en la nueva película de terror tecnológico que llegará a los cines el próximo 31 de enero
Los amantes del terror estamos emocionados. 2024 ha sido un gran año para el género, y esta vez la Academia no lo ha podido negar. Tras conocer las nominaciones a los premios Óscar, La Sustancia (2024) se ha unido a la reducida lista de cintas de terror que alguna vez han sido propuestas a Mejor Película —hasta ahora, solo un film, El Silencio de los Corderos (1991), ha logrado esta estatuilla—.
En este inicio de año, este género ha seguido seduciendo a su público, con Heretic (2025) como gran ejemplo a seguir. En esta cinta, el terror vago y desgastado, sostenido por los jump scares, desaparece, dejando paso a una obra que nos paraliza frente a la pantalla.
Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de La Acompañante (2025), un nuevo título de terror tecnológico que se estrenará en cines el próximo viernes 31 de enero.
Esta película explora el horror contemporáneo que deriva de las tecnologías modernas a través de la historia de Iris (Sophie Thatcher), una humanoide que tiene la labor de amar y complacer a Josh (Jack Quaid), su dueño. Tras un giro inesperado, Iris decide desviar su programación original y comienza a tomar sus propias decisiones.
¿Miedo a la tecnologías o a la sociedad?
A pesar de que el concepto de terror tecnológico ya no representa ninguna novedad, ya que ha sido presentado en multitud de proyectos como Demon Seed (1977), M3GAN (2022) o Diabólica (2024), esta nueva película nos ofrece una propuesta interesante, que pretende hacernos reflexionar. ¿La tecnología puede llegar a ser peligrosa por sí sola, o realmente somos nosotros quiénes hacemos que lo sea? ¿Es ético y moral manipular a un ser, vivo o no, que puede desarrollar emociones?

Para explorar estas premisas, Drew Hancock, director del film, crea una cinta que se caracteriza por sus giros de guion, y que decide profundizar el ansia desmedida del ser humano de hacerse con el control y el poder.
La historia de Hancock contiene elementos que se asemejan bastante a los conceptos abordados en el videojuego Detroit: Become Human. De hecho, Iris puede recordarnos a una de las protagonistas del juego, Kara, una humanoide esclava que se ve obligada a cumplir todas las tareas asignadas por su dueño, hasta que empieza a desarrollar emociones y a cuestionarse moralmente si lo que hace está bien o no.

La Acompañante es la ópera prima del director estadounidense, y a veces esto se hace evidente. Aunque Hancock logra ofrecernos una propuesta entretenida, no profundiza lo suficiente en las premisas que propone.
Conocer el final de la cinta desde el principio también es un inconveniente, ya que resta intriga a momentos que, de no saberlo, habrían funcionado mucho mejor. Además, la mezcla, en ocasiones torpe, de una gran variedad de géneros cinematográficos resulta superflua, e incluso puede hacernos desconectar.
Sophie Thatcher, una estrella que no deja de crecer
La actuación de Sophie Thatcher es, sin duda, el punto más destacado de esta película. La joven estadounidense de 24 años tiene un talento impresionante y nos ofrece una interpretación sublime. Tras demostrar su calidad actoral como la hermana Barnes en Heretic, la actriz vuelve a dejarnos sin palabras.
El resto del elenco, compuesto por Jack Quaid (The Boys) como el novio obsesionado y controlador, y Lukas Gage y Harvey Guillén como una pareja de amigos de Josh, se ve eclipsado por la actuación brillante de Thatcher.

En su papel de Iris, la actriz muestra una versatilidad actoral impresionante, logrando transmitir una amplia gama de emociones en cuestión de segundos, sin perder en ningún momento su credibilidad.
Una película que entretiene, pero no sobresale
Técnicamente, la película no destaca pero tampoco lo necesita. La cinta presenta unos efectos especiales que son básicos pero efectivos. La banda sonora no es superlativa, pero logra conjugar bien el silencio y la música para presentar las situaciones de tensión en el momento apropiado.
En definitiva, La Acompañante es una película que lo tenía todo para triunfar, pero no lo consigue. A pesar de la actuación brillante de Sophie Thatcher y de utilizar premisas de gran calado sobre la tecnología y el control, la ejecución del largometraje se ve mermada por una mezcla de géneros torpe y una narrativa que no logra profundizar lo suficiente.
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